sábado, 1 de noviembre de 2008

Sueños

Digamos que llevas 10 años jugando al mismo número en la lotería y durante esos 10 años, has podido vivir o evadirte de tu realidad justamente porque tenías la esperanza de que un día te tocase un montón de dinero, pero da la casualidad amiga mía que llega el día, un 22 de diciembre de un año cualquiera y una niña con voz chillona decide que tú seas la "agraciada". ¿Y que haces? Abres una botella de txakolí, cava, o champán sales por la tele y te ven los vecinos y... pero ¿y el día después? Acabas de ganar la lotería, pero acabas de perder tu sueño y empieza el miedo y las dudas y las preguntas.
A menudo ocurre lo mismo con el amor: Hay quien anhela una historia de amor verdadero y cuando ésta llega empiezan los miedos, las dudas, los temores de perder, el pánico al cambio de vida y, simplemente, dejas que esto no pase, pero lo que es más jodido es que lo tienes justo enfrente de tus narices. Porque ese amor que tanto deseabas no ha venido como en las pelís, no; ha venido cuando tú lo necesitabas,al amor poco le importa tu situación. Simplemente es que ha llegado a ti sin que tú lo hubieses pedido.Y así, te despides de lo auténtico, de lo tuyo y ya no eres la misma. Por más que lo intentes ya ni te queda el amor ni te queda el sueño porque ahora sabes que tus deseos se pueden cumplir. Sólo te queda la esperanza de borrar los recuerdos y los sueños.

No hay comentarios: